Que debía ser hombre e Hijo de Dios.s

Le llaman descendencia de la mujer, descendencia de Abraham, descendencia y retoño de David, vástago de Isaí y finalmente hombre.e

Pondré odio entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia. Él te aplastará la cabeza y tú a Él el talón.n

En la cruz, donde Jesús asumió sobre Sí mismo la pena de muerte debida al pecado de Sus discípulos, privando así a Satanás de base alguna para acusarlos y avergonzarlos nuevamente o seguir controlándolos a través del miedo a morir.r

Levantaré después de ti a tu descendencia, que saldrá de tus entrañas, y estableceré Su reino. Él construirá una casa a Mi nombre y Yo confirmaré el trono de Su reino eternamente. Yo seré un padre para Él y Él para Mí un hijo, a quien juzgaré con vara de hombres y azotes de hombres si hiciere lo malo. Pero Mi gracia no se apartará de Él.l

Sí, y su reino no sobrevivió a su muerte.e

El reino espiritual del Mesías. Dios Su Padre lo condenó una vez por el pecado de su pueblo y tres días después ya lo había resucitado. Tanto lo quería y tan poco mal había hecho Jesús en vida, a saber, nada malo.o

Vi en una visión nocturna como a un hombre que venía con las nubes del cielo. Llegó hasta el Anciano de días. Lo llevaron ante Él. Se le dio señorío, gloria y realeza. Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adorarán. Su reinado es un reinado eterno, que no pasará. Su reino no será destruido.o

Cuarenta días después de Su resurrección de entre los muertos, cuando el Señor Jesús ascendió al trono del Reino de los Cielos.s

Palabra del Señor a mi Señor: Siéntate a Mi derecha hasta que haga a Tus enemigos Tu reposapiés.s

A Dios sólo: Dios, Tu trono será eterno. El cetro de Tu reino es un cetro de justicia. Amaste la justicia y aborreciste la malicia. Por eso, Dios, Te ungió Tu Dios con óleo de alegría más que a tus amigos.s

Porque el Mesías es Dios mismo y no sólo un hombre. El Señor Jesús es heredero de todo y da generosamente a sus amigos.s

Por pares de nombres. Lo llamaron a la vez: retoño de David y el Señor-nuestra justicia, vástago y raíz de Isaí, niño y Dios fuerte, Dios con nosotros.s

Sólo por nuestro bien, hasta que termine de forjarse un pueblo ante los ojos de Sus enemigos – una nueva humanidad para un cielo nuevo y una tierra nueva: Subiste a las alturas, tomaste cautiva a la cautividad y regalos para los hombres.s

En especial el Espíritu Santo para adoptarnos en Su familia y legarnos vida eterna.a

En Pentecostés, cincuenta días después de la Pascua en la que el Mesías Se sacrificó.ó

El Espíritu Santo me dio a luz de nuevo y me acompaña por toda la eternidad. Me limpia de mis pecados haciéndome escuchar y perseverar en la fe de que Jesús cuenta como mi justicia. Me une a Él y a Su pueblo y confirma mi fe a través de Su Palabra y los signos del pacto: bautismo y santa cena. Guía mis pensamientos y me ayuda a orar y adorar a fin de consolarme, sanarme y transformarme poco a poco a la imagen del Mesías.s